Ernesto Beltré y Martín Olivo: Maestros del arte de capturar emociones en el deporte
Por Orlando Pimentel.-
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En un día lleno de color y energía, donde un hermoso arcoíris se alza en el horizonte como un símbolo de esperanza y renovación, dos talentos brillan con luz propia en el ámbito deportivo: Ernesto Beltré y Martín Olivo, compañeros de trabajo y maestros en el arte de capturar emociones.
Ernesto, con su lente mágico y su mirada intuitiva, posee el don de congelar el tiempo. Como fotógrafo deportivo, no sólo registra imágenes, sino que inmortaliza historias. Cada una de sus fotografías es un testimonio vivo de la pasión, la entrega y la lucha de los atletas. Sus imágenes no son simples retratos de acción; son poemas visuales que hablan de esfuerzo, superación y humanidad.
Con cada clic de su cámara, Ernesto nos invita a vivir la intensidad del deporte desde una perspectiva única, donde cada detalle cuenta y cada instante se transforma en eternidad.
Por su parte, Martín Olivo, con su pluma precisa y su cámara siempre alerta, es un narrador nato. Redactor y fotógrafo en perfecta armonía, Martín tiene la capacidad de trasladar a sus lectores al corazón de cada acontecimiento deportivo. Sus textos son crónicas vividas, donde las palabras y las imágenes se entrelazan para ofrecer una experiencia inmersiva.
Con un estilo que combina la objetividad del periodista y la sensibilidad del artista, Martín convierte cada artículo en una ventana hacia el alma del deporte.
Juntos, Ernesto y Martín forman un dúo dinámico, un equipo donde la creatividad y la dedicación se potencian mutuamente.
Su trabajo es una celebración de la vida en movimiento, de los instantes que se escapan y que ellos, con maestría, logran atrapar para siempre.
En este día en que un arcoíris ilumina el cielo, sus obras resplandecen con la misma intensidad, recordándonos que la belleza está en los detalles y que el arte de contar historias es un puente hacia lo extraordinario.
Su amistad y colaboración nos inspiran a creer que, con pasión y entrega, cada día puede ser un lienzo en blanco, listo para ser pintado con los colores de los momentos inolvidables.
Ernesto Beltré y Martín Olivo no sólo nos muestran el mundo del deporte, sino que nos enseñan a verlo con el corazón, a descubrir que detrás de cada jugada hay una historia que merece ser contada. Bendiciones para ambos.